Manu ya es leyenda

Los Spurs retiraron la camiseta 20 de Ginóbili y Manu elevó su estatura a la de prócer del deporte nacional

El mundo se rindió a sus pies. Sí. Porque el “mundo” del básquetbol está en Estados Unidos desde siempre y ahí fue elevado a la altura de leyenda un argentino. ¿Quién lo hubiera imaginado? Pero no sólo eso. Anoche, Emanuel David Ginóbili entró definitivamente en la historia gloriosa del deporte nacional, estatura de héroe que sólo pueden contarse con los dedos de la mano. Ya lo era, por supuesto, pero el retiro de su camiseta 20 en el estadio de San Antonio Spurs que tanto lo vio brillar, no hizo más que ratificarlo. Juan Manuel Fangio, Diego Armando Maradona, Roberto De Vicenzo, Guillermo Vilas, Lucha Aymar, Carlos Monzón, también Lionel Messi y no más por ahora. El bahiense puede sentarse en ese pedestal de “extraterrestes” y la enorme fiesta en el AT&T Center que le dio la NBA toda se lo hizo saber con emociones máximas, exteriorizadas en la piel de Manu.

Espn llevaba al cierre de esta edición las imágenes imborrables a todos los hogares argentinos en los que el deporte es un valor supremo. Pero también a los del mundo y especialmente al de los estadounidenses, donde el básquet es tan popular como en Argentina el fútbol. Ahí se vio a este hombre hace rato rapado, no tan alto para el target de la NBA (1,91 metros), realmente conmocionado. Rodeado de su familia, sus amigos que llegaron de la tierra del básquet argentino, Bahía Blanca, y aquellos que cosechó en sus 23 años al máximo nivel, 16 de ellos en la liga más importante del planeta donde consiguió 4 anillos y dejó en los Spurs una huella difícil de superar.

Las marquesinas estuvieron iluminando su figura de un estadio repleto, con todo el marketing dedicado a conmemorarlo, a mimarlo pese a su timidez. Con los ex compañeros de San Antonio, claro, y los de la selección nacional con los que logró lo máximo: la medalla dorada olímpica imborrable de Atenas 2004, además del subcampeonato mundial de Indianápolis, que le abrió definitivamente la puerta al gran mundo del básquet. Ahí, donde sus logros se hicieron eternos, absolutamente impensados para un argentino. Fue tan grande, que hasta su DT Greg Popovich, lo dejó más de una vez armar la jugada, algo insólito.

La TV y las páginas de la web reprodujeron hasta pasado el cierre de esta edición, y seguirán reproduciendo, los detalles de “su” noche. La de otro argentino que hizo trascender todas las fronteras, que fue admirado por su talento y su conducta, que marcó un antes y un después, que lo hace irrepetible. Porque así como no hubo otro Fangio, porque Messi aún precisa más para ser otro Maradona, como no hubo ni otro De Vicenzo, otro Vilas, otra Lucha u otro Monzón arriba del ring, nada hace pensar hoy que habrá otro Ginóbili.

Aunque su último partido fue hace bastante ya, el 28 de marzo de 2019 será recordado como el fin de una etapa maravillosa en que el básquet enamoró y conmovió hasta a los escépticos.

Hace doce años un programa de TV disruptivo, conducido por Mario Pergolini, puso en el aire una discusión siempre inacabable sobre el GEN argentino. Y en el rubro deportivo sobresalió Fangio, inclusive por sobre Maradona. Entonces no estaba Ginóbili. Hoy estaría en la discusión.

Los 4 anillos de Manu en la NBA claro que son comparables a los 5 títulos mundiales del Chueco en F-1, más allá de que lo separan el abismo de la práctica colectiva a la individual. Ambos conmocionaron, como Diego en expresiones ya muy populares, o el Maestro, Willy o Lucha en deportes que ellos lo hicieron de todos. Ginóbili ya es uno de ellos. Y desde anoche, leyenda.

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